martes, 1 de diciembre de 2009

EL NÚMERO 6

Yo tengo, supongo que como casi todo el mundo, una serie de preferencias: colores, música, pintura, lectura. Y quizás algunas más, como si te gustan más los perros que los gatos, más el cine que el teatro, una comida más que otra…Para todos estos puntos creo tener respuesta, ya que es una cuestión de gusto personal. ¿Pero qué pasa con el número favorito. El mío es el 6. ¿Y por qué? Lo cierto es que nunca me lo había planteado. El otro día, husmeando por internet descubrí que uno de mis actores preferidos de los años sesenta, que actuaba preferentemente en televisión, había fallecido. A partir de ahí empecé a atar cabos cuando recordé una serie que se llamaba “El Prisionero”, protagonizada por él mismo (Patrick Mcgoohan) en la que interpretaba a un espía que quería retirarse, pero la CIA no se lo permitía y lo encerraban en una isla junto a otros espías en su misma situación e intentaban lavarle el cerebro. En la isla todos tenían un número en lugar de un nombre y el espía protagonista era, claro está, el número 6. Yo por aquel entonces era un chaval de 16 años enamorado de otra actriz de la época, (ver en este mismo blog el homenaje a Suzanne Pleshette) y adopté el número de Patrick inconscientemente. La década de los sesenta fueron los años más felices de mi vida (once seises en total) y en mi primer trabajo como comercial me asignaron el número 6 como mi referencia para los pedidos. Ahora tengo 64 años y he averiguado por fin por qué el número 6 es mi número favorito. ¿Y tú te lo has preguntado alguna vez?