sábado, 25 de abril de 2015

CARTA PARA YOYITO 27 de marzo de 2015 Querido YOYO Cuando decidiste marcharte faltaban muy pocos meses para que cumplieras los diecinueve años Sé que me dirán que son muchos para un gatito persa pero me hubiera gustado que hubieran sido el doble: de esa manera habría disfrutado más tiempo de ti y no te habría visto pasar tus últimos días, dormido sobre el sillón del cuarto de estar con la cabeza gacha y la mirada ausente. Te vi nacer, apenas diez centímetros de gatito blanco abriendo la boca en busca de un poco de leche de su madre. Te llevé en la palma de mi mano porque me daba miedo agarrarte y hacerte daño. Te vi bajar las escaleras como si te lanzaras al vacío en cada escalón y te cuidé todo lo que pude durante estos años de irrepetible felicidad. Te fuiste apagando como una vea a la que se le acaba la mecha y así, poco a poco, tu luz maravillosa dejó de iluminar mis días. Te hiciste viejecito, como ye me voy haciendo también y me dejaste el sabor salado de las lágrimas en los labios, para lo que me reste de vida. Ahora te imagino en el cielo de los animales, rodeado de tus padres Luna y Ron y de tu hermanito que solo llegó a vivir unos días, de Kira la perrita cooker que jugaba contigo a su manera y de Senda, la pastor alemán a la que seguramente habrán hablado de ti. Sois ya muchos los que nos habéis dejado en este mundo terrenal para vivir en las nubes que nos tienen reservadas en el cielo y donde nos reuniremos algún día. Hasta entonces quiero que sepas que tus padres humanos te echamos de menos y que hemos llorado cuando te fuiste y que lloramos cada vez que pensamos en ti. Tan poco tiempo ha pasado desde entonces y cuanto te añoramos. PD. Mimí también te recuerda, estoy seguro.