viernes, 4 de diciembre de 2009

LA VIDA ÚTIL




Federico Fayerman

Catorce de julio de 2009





Subido en el farallón, Anastasio contemplaba las olas que rompían una y otra vez contra las rocas mordidas. Siempre eran las mismas olas y siempre se estrellaban contra las mismas rocas. Metáforas de su vida.
Miraba fijamente el mar y escrutando en su memoria hacía recuento de la parte útil de su paso por este mundo; buscando lo que realmente había sido positivo y le había reportado felicidad en algún momento.
Anastasio llegó a la conclusión de que un ochenta por ciento del tiempo invertido en vivir podía considerarlo un lastre o cuanto menos una perdida de tiempo.
También calculó que en el mejor de los casos podría llegar a vivir ochenta años, lo que reduciría su vida útil a unos dieciséis, que comparados con los intensos cuarenta de Lennon o los cincuenta de Michael Jackson se quedaban verdaderamente ridículos
Anastasio esperó que llegara la noche y el mar se calmara, para plasmar en dos listas lo positivo y lo negativo de su vida. Y escribió en el aire:
Lista de lo positivo.
-Mi mujer
-Mis hijas y mis nietos
-Mi hermana pequeña
-Mis animalitos
-Un par de amigos
-Correr
-Escribir
-Leer
-Diego Valor y el Capitán Trueno
-El cine
-Mi música
-La cerveza muy fría y la ensaladilla rusa.
-El Real Madrid y Bahamontes; y todos aquellos que me hayan querido alguna vez.
Lo negativo: Todo lo demás no había merecido la pena.
Amanecía cuando se alejó del acantilado. Hasta él llegaba otra vez la pelea de las olas contra las rocas. Anastasio se tapó los oídos y lloró.